martes, 25 de noviembre de 2014

Tratamiento para la Insuficiencia Renal Crónica





El control de la presión arterial retrasará un mayor daño al riñón.

·  Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina(IECA) o los bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) se emplean con mayor frecuencia.
·  El objetivo es mantener la presión arterial en o por debajo de 130/80 mmHg.

 

El hecho de hacer cambios de estilo de vida como los siguientes puede ayudar a proteger los riñones y prevenir cardiopatía y accidente cerebrovascular:

·  No fumar.
· Consumir comidas bajas en grasa y colesterol.
· Hacer ejercicio regular (hable con el médico o personal de enfermería antes de empezar).
·  Tomar fármacos para bajar el colesterol, si es necesario.
· Mantener el azúcar en la sangre bajo control.
· Evitar ingerir demasiada sal o potasio.

 

Siempre hable con el nefrólogo antes de tomar cualquier medicamento de venta libre, vitamina o suplemento herbario. Cerciórese de que todos los médicos que usted visita sepan que padece enfermedad renal crónica.

 

Otros tratamientos pueden abarcar:

· Medicamentos especiales llamados enlaces de fosfato para ayudar a evitar los altos niveles de fósforo.
· Tratamiento para la anemia, como hierro extra en la alimentación, comprimidos de hierro, hierro a través de una vena (hierro intravenoso) inyecciones especiales de un medicamento llamado eritropoyetina y transfusiones de sangre.
· Calcio y vitamina D extra (siempre hable con el médico antes de tomarlos)

 

El médico puede solicitarle que siga una dieta para la enfermedad renal crónica especial.

· Limitar los líquidos.
·Comer menos proteína.
· Restringir la sal, el potasio, el fósforo y otros electrólitos.
· 
Obtener suficientes calorías para prevenir la pérdida de peso.


Todas las personas con enfermedad renal crónica deben mantener al día las siguientes vacunas:

· Vacuna contra la hepatitis A
· Vacuna contra la hepatitis B
· Vacuna antigripal
· Vacuna contra la neumonía
 
 
Posibles Complicaciones

•Anemia
•Sangrado del estómago o los intestinos
•Dolor óseo, articular o muscular
•Cambios en el azúcar de la sangre
•Daño a los nervios de las piernas y los brazos (neuropatía periférica)
•Demencia
•Acumulación de líquido alrededor de los pulmones (derrame pleural)
•Complicaciones cardiovasculares ◦insuficiencia cardíaca congestiva

         ◦Arteriopatía coronaria
         ◦Hipertensión arterial
         ◦Pericarditis
         ◦Accidente cerebrovascular

•Niveles altos de fósforo
•Niveles altos de potasio
•Hiperparatiroidismo
•Aumento del riesgo de infecciones
•Daño o insuficiencia hepática
•Desnutrición
•Aborto espontáneo y esterilidad
•Convulsiones
•Hinchazón (edema)
•Debilitamiento de los huesos y aumento del riesgo de fracturas.

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